Suenan las sirenas por José

Nota tomada de: www.reforma.com

Por Antonio Nieto

(06-Jul-2011).-

Sobre el ataúd de José Sacramento Hernández reposaba un hacha, como si sus compañeros buscaran que el bombero llevara su herramienta de trabajo a la otra vida.

El lunes, José Sacramento falleció cuando un árbol que cortaba le cayó encima; era un servicio dentro de una casa en Jardines del Pedregal, uno de tantos que había hecho, pero que esta vez salió mal.

En punto de las 11:00 horas de ayer, la Estación Central se colmó de cánticos, oraciones, arreglos florales y también lágrimas: era el último adiós que mandos y compañeros dieron al Segundo Inspector, de 48 años de edad, y padre de tres hijos.

Sus colegas se rotaban para hacerle guardia al cuerpo, con los uniformes impecables y la mano derecha en la sien, en posición de saludo.

"Era una persona muy trabajadora, siempre veía la manera de ayudar y crecer, todos estamos muy tristes, por la convivencia que se da en el Cuerpo de Bomberos, pero es a lo que nos exponemos con esta labor, ahí está el hacha para que no se nos olvide", expresó el Segundo Superintendente, Arnulfo García.

Ocho coronas fueron colocadas frente al féretro, una de ellas decía: "por el hombre de mil batallas", y según sus colegas le hacía honor a José Sacramento, quien sobrevivió a incendios, ataques de animales y explosiones.

"Cuando recibí la noticia fue un duro golpe, el dolor es de su familia y de todo el Cuerpo de Bomberos, pero el nombre de José Sacramento Hernández permanecerá con nosotros", dijo Elías Moreno, Secretario de Protección Civil.

Con la voz entrecortada, el Director General de los vulcanos, Raúl Esquivel, dirigió unas palabras a la esposa de José Sacramento, quien es Suboficial del Cuerpo de Bomberos, y pese a la tristeza, admitió que la muerte de su pareja será un orgullo para su familia.

El redoblar de los tambores y las trompetas envolvieron a los más de 200 asistentes al homenaje, que cerca de las 12:30 horas vieron cómo el ataúd fue llevado hasta un camión de emergencias que serviría de carroza fúnebre.

La banda de guerra de los bomberos dejó de tocar y, al unísono, seis camiones hicieron sonar sus sirenas para despedir a José Sacramento en su camino hacia el Panteón Dolores.

Ahí se sumaron a los bomberos socorristas del ERUM y personal del Centro Regulador de Emergencias, para rendir honores a José Sacramento.

"Hoy la muerte desafortunadamente nos ganó esta batalla, José Sacramento Hernández fue un elemento que dio 26 años de servicio a la institución con espíritu de servicio y siempre fue un hombre muy responsable de sus actos, trabajador y siempre cumpliendo con la misión que se le encomendaba a diario.