Da su vida a la Cruz Roja

Da su vida a la Cruz Roja
Por
Luis Cruz

(30-Ene-2010).-
La Cruz Roja se despidió el jueves de su mejor radio operador de los últimos tiempos.

El comandante general Heriberto Escalera, a los 63 años de edad, se jubiló después de servir 45 años a la institución, de los cuales 33 los dedicó a despachar por radio las emergencias de la ciudadanía.

Durante su carrera, el socorrista conocido entre sus compañeros como "Torre Uno" o "Padrino de la Generación", vivió cambios significativos en la tecnología e infraestructura de la Cruz Roja, además de que intervino en sucesos que marcaron al DF, como el terremoto de 1985.

"Yo comencé en la Cruz Roja cuando estaba en la Colonia Roma, ahí teníamos pocos radios, uno servía para todo, entonces teníamos 15 claves para comunicarnos, luego pasaron la Cruz Roja aquí a Polanco, yo la vi crecer en este lugar", recordó Escalera.

Tenía 7 años de edad, relata el ex radio operador, cuando su abuela paterna sufrió un accidente, fue llevada a la Cruz Roja y, al visitarla y observar en la sala de emergencias a paramédicos tratando de salvar la vida a sus pacientes, tomó la decisión de seguir sus pasos.

En 1965, a sus 18 años, se alistó como voluntario en la institución, pero como no tenía sueldo fijo, alternaba su labor con un empleo de archivista en el Tribunal Superior de Justicia del DF.

Sus jefes en la Cruz roja se percataron de la habilidad que mostraba para hablar por la radio y le ofrecieron hacerse cargo de la base de transmisión.

Tras 45 años de servicio, el comandante Escalera tiene bien identificada su mejor experiencia como rescatista.

En la mañana del 19 de septiembre de 1985, se dirigía a su trabajo en el Tribunal, en la Colonia Doctores, pero al ver derrumbarse los edificios de la zona, supo que la Cruz Roja lo necesitaría.

"Iba caminando por Avenida Chapultepec cuando empezó el terremoto, cuando vi que duró mucho y los edificios se empezaron a caer, dije: 'Que el Tribunal me perdone, pero hoy voy por la Cruz Roja'", señaló.

Los 3 meses que le siguieron al terremoto fueron difíciles,pues pasaba al menos 20 horas en la base de radio y rescatando cadáveres.

"Era por voluntad propia, aquí me necesitaban, me acuerdo que todos los cadáveres los apilábamos en el campo Delta de beisbol, fue impresionante, ya no había ciudad, sólo eran ruinas.

"Sólo tomaba unas 4 horas de descanso, iba a mi casa a ver a mi familia y por ropa, aquí me bañaba y dormía un poco; cuando esos 3 meses acabaron me sentía fatal, las piernas me temblaban, ya no aguantaba", relató.

En 1971, Escalera contrajo matrimonio con una compañera del Tribunal con quien tuvo dos hijos, una mujer y un varón, pero ninguno de ellos siguió sus pasos.

No obstante, en la Cruz Roja dejará un legado importante pues sus compañeros lo admiran por su dedicación al trabajo.

"Me inspira a continuar con apego a la vocación, tener amor por la profesión, calidez y calidad para el paciente", expresó Belem Hernández, una rescatista.