Entre mito y carencias, 'Topos' parten a cumplir su labor en Haití
Pese a sus años de experiencia y al reconocimiento internacional, el grupo de rescatistas voluntarios mexicanos tiene que seguir rogando por transporte a las zonas de desastre.
AFP
Publicado: 15/01/2010 14:29
México, DF. Los Topos de Tlatelolco, un equipo de voluntarios mexicanos que ha sacado de los escombros a unas 200 víctimas de terremotos en países tan distantes como Indonesia, Taiwán o Irán, terminaron de partir este viernes a Haití, tras superar problemas para financiar su viaje.
"Vamos a rendir lo mejor de nosotros a nombre del pueblo de México", dijo a Afp Héctor Méndez, uno de los fundadores del grupo surgido en 1985 cuando un terremoto destruyó buena parte de la capital mexicana.
Enfundados en sus overoles anaranjados, Méndez y otros cuatro voluntarios llegaron la madrugada de ayer jueves al aeropuerto internacional de la ciudad de México como parte del grupo de avanzada de Topos que viajó hacia Haití vía Miami.
Este viernes partió el resto del contingente conformado por 20 Topos que trabajarán en cuatro grupos. Otros 30 miembros del grupo se quedan en México.
Esta última es una situación a la que están acostumbrados siempre que ocurre un terremoto en cualquier parte del mundo. Pese a sus años de experiencia y al reconocimiento de organismos internacionales por su destreza, los Topos mexicanos tienen que seguir rogando por transporte.
"En casi 25 años hemos rescatado con vida a unas 200 personas, en operaciones sumamente difíciles", indica por su parte Rafael López, otro de los fundadores y uno de los pocos que, fuera de hacer parte de los Topos, tiene un trabajo pagado como miembro de la protección civil. Muchos de los demás son empleados que tienen que “pedir vacaciones” para acudir a las emergencias.
Sus uniformes y la sola mención de su nombre llaman la atención y hace que muchos de los madrugadores viajeros que llegan a la terminal aérea se acerquen a saludarlos y darles ánimo.
También reciben consideraciones especiales del personal de seguridad, que les permite entrar a la sala de abordaje con mazos y cuchillos, sus principales herramientas, pegadas al cuerpo, algo poco común con las actuales medidas de seguridad en los aeropuertos.
En sus mochilas llevan equipo médico, alimentos y todos los enseres necesarios para hospedarse en un "hotel llamado zona de desastre", bromea Méndez, antes de salir.
El grupo surgió espontáneamente en 1985 cuando un terremoto de 8.1 grados de magnitud barrió literalmente la colonia Tlatelolco en el centro de la capital mexicana, y muchos de ellos -apenas vecinos o conocidos- se organizaron para rescatar a la gente atrapada en los edificios derruidos.
A lo largo de un cuarto de siglo han acumulado una amplia experiencia, que los convierte en uno de los grupos más especializados a nivel mundial en tareas de rescate.
Aunque su mayor satisfacción es haber sacado con vida a muchas personas, los Topos han tenido que enfrentar la triste labor de sacar de las ruinas cientos de cadáveres.
El tsunami de diciembre de 2004 los marcó profundamente, cuando en Indonesia tuvieron que trabajar "en una ciudad muerta, donde lo único que existía eran escombros y cadáveres", indica Rafael.
Muchos mitos se han tejido sobre su trabajo. Uno de ellos asegura que son pequeños hombres goma capaces de flexibilizar de tal forma sus cuerpos que pueden penetrar en angostos huecos entre los escombros, se ríe el voluntario.
Rafael explica que la complexión física no importa porque "nosotros fabricamos los túneles para poder entrar y tienen que ser suficientemente amplios para sacar a la gente".
Otra historia asegura que algunos de ellos han recibido regalos como joyas y automóviles de personas adineradas que han salvado.
"Eso es falso: tenemos un código de ética que sólo nos permite recibir ayuda para traslados y compra de equipo", puntualiza Rafael antes de colgarse al hombro una vieja mochila para embarcar hacia Haití.
http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2010/01/15/entre-el-mito-y-las-carencias-los-topos-parten-a-cumplir-su-labor-en-haiti
AFP
Publicado: 15/01/2010 14:29
México, DF. Los Topos de Tlatelolco, un equipo de voluntarios mexicanos que ha sacado de los escombros a unas 200 víctimas de terremotos en países tan distantes como Indonesia, Taiwán o Irán, terminaron de partir este viernes a Haití, tras superar problemas para financiar su viaje.
"Vamos a rendir lo mejor de nosotros a nombre del pueblo de México", dijo a Afp Héctor Méndez, uno de los fundadores del grupo surgido en 1985 cuando un terremoto destruyó buena parte de la capital mexicana.
Enfundados en sus overoles anaranjados, Méndez y otros cuatro voluntarios llegaron la madrugada de ayer jueves al aeropuerto internacional de la ciudad de México como parte del grupo de avanzada de Topos que viajó hacia Haití vía Miami.
Este viernes partió el resto del contingente conformado por 20 Topos que trabajarán en cuatro grupos. Otros 30 miembros del grupo se quedan en México.
Esta última es una situación a la que están acostumbrados siempre que ocurre un terremoto en cualquier parte del mundo. Pese a sus años de experiencia y al reconocimiento de organismos internacionales por su destreza, los Topos mexicanos tienen que seguir rogando por transporte.
"En casi 25 años hemos rescatado con vida a unas 200 personas, en operaciones sumamente difíciles", indica por su parte Rafael López, otro de los fundadores y uno de los pocos que, fuera de hacer parte de los Topos, tiene un trabajo pagado como miembro de la protección civil. Muchos de los demás son empleados que tienen que “pedir vacaciones” para acudir a las emergencias.
Sus uniformes y la sola mención de su nombre llaman la atención y hace que muchos de los madrugadores viajeros que llegan a la terminal aérea se acerquen a saludarlos y darles ánimo.
También reciben consideraciones especiales del personal de seguridad, que les permite entrar a la sala de abordaje con mazos y cuchillos, sus principales herramientas, pegadas al cuerpo, algo poco común con las actuales medidas de seguridad en los aeropuertos.
En sus mochilas llevan equipo médico, alimentos y todos los enseres necesarios para hospedarse en un "hotel llamado zona de desastre", bromea Méndez, antes de salir.
El grupo surgió espontáneamente en 1985 cuando un terremoto de 8.1 grados de magnitud barrió literalmente la colonia Tlatelolco en el centro de la capital mexicana, y muchos de ellos -apenas vecinos o conocidos- se organizaron para rescatar a la gente atrapada en los edificios derruidos.
A lo largo de un cuarto de siglo han acumulado una amplia experiencia, que los convierte en uno de los grupos más especializados a nivel mundial en tareas de rescate.
Aunque su mayor satisfacción es haber sacado con vida a muchas personas, los Topos han tenido que enfrentar la triste labor de sacar de las ruinas cientos de cadáveres.
El tsunami de diciembre de 2004 los marcó profundamente, cuando en Indonesia tuvieron que trabajar "en una ciudad muerta, donde lo único que existía eran escombros y cadáveres", indica Rafael.
Muchos mitos se han tejido sobre su trabajo. Uno de ellos asegura que son pequeños hombres goma capaces de flexibilizar de tal forma sus cuerpos que pueden penetrar en angostos huecos entre los escombros, se ríe el voluntario.
Rafael explica que la complexión física no importa porque "nosotros fabricamos los túneles para poder entrar y tienen que ser suficientemente amplios para sacar a la gente".
Otra historia asegura que algunos de ellos han recibido regalos como joyas y automóviles de personas adineradas que han salvado.
"Eso es falso: tenemos un código de ética que sólo nos permite recibir ayuda para traslados y compra de equipo", puntualiza Rafael antes de colgarse al hombro una vieja mochila para embarcar hacia Haití.
http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2010/01/15/entre-el-mito-y-las-carencias-los-topos-parten-a-cumplir-su-labor-en-haiti
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